Quizás el mayor problema en Nuevo México hoy en día sea el crimen. A nivel nacional, Nuevo México tiene el peor rating de delito a la propiedad, y es el segundo estado con más violencia. Se piensa que esto está relacionado a los niveles de pobreza, pero para ser más exactos, está motivado por el sentimiento de no tener una forma razonable de poder salir de la situación actual. La adicción, exacerbada por el aislamiento, alimenta esta epidemia del crimen. Demasiada gente está encarcelada por haber cometido un crimen que no ha causado víctimas; el tener un delito grave en sus expedientes les impide conseguir empleo, habiendo la posibilidad de que cometan otro crimen. Este ciclo vicioso es inhumano y debemos terminarlo si es que queremos reducir el crimen.
La gente no debe ser encerrada por haber cometido crímenes que no han causado víctimas.
Perdonar a aquellos que han sido encarcelados aunque no hayan causado víctimas sería un gran paso en la dirección correcta hacia la reforma de la Justicia Criminal, permitiendo así que individuos inofensivos puedan conseguir empleos y puedan mantener a sus familias.
Por lo menos, deben terminar los mínimos obligatorios para crímenes no violentos, mientras que las sentencias obligatorias para los crímenes violentos deben aumentar.
Como ejemplo específico, la marihuana debería ser legalizada y quizás deban ser perdonados aquellos convictos de una felonía y de un delito menor por cargos de posesión.
Los sistemas de datos que permiten que los organismos de seguridad se comuniquen más efectivamente con los fiscales del distrito deben mejorarse, para asegurar que los recursos sean usados para encontrar y procesar criminales que representen una amenaza mayor.
El estado de Nuevo México está en último lugar en el país en lo que respecta a crecimiento de trabajos y salarios.
Únicamente negocios privados e individuos con poder pueden crear riqueza de manera que ayuden al erario público, en vez de drenarlo.
En nuestro estado, las leyes y licencias ocupacionales obstaculizan que nuestros trabajadores especializados encuentren trabajo, y que surjan pequeños negocios.
Al no tener suficientes trabajos que paguen bien, nuestros jóvenes graduados están yéndose del estado para encontrar trabajo en cualquier otro lugar.
Sin hábiles trabajadores o leyes que aseguren el derecho de trabajar, las grandes compañías no están invirtiendo en el estado, y los negocios que están ya establecidos están considerando irse.
Eliminar los requerimientos de las licencias ocupacionales. Esto sería particularmente beneficioso tanto para los jóvenes graduados como para muchos veteranos en Nuevo México que están terminando sus servicios militares y que ya tienen experiencia en sus profesiones. Dar subsidios únicos para comenzar programas de aprendizaje en instituciones públicas pare entrenamientos y empleos.
Mientras que se apoya el derecho de los trabajadores de unirse libremente a un sindicato para beneficio mutuo, se debe eliminar el requisito legal de unirse a un sindicato para trabajar en cualquier campo.
Legalizar la marihuana permitirá abrir una industria a nivel nacional que ya está prosperando en otras partes, y que reducirá que los estados tengan que aumentar sus ingresos a través de otras clases de impuestos.
Nuevo México está en el 94avo lugar con respecto a calidad de educación. Los niños están en el más bajo nivel en el país, y nuestros maestros son los menos pagados. La falta del sentido de competencia en nuestro sistema de las escuelas públicas mantiene nuestro nivel de graduación de la escuela secundaria en lo más bajo de la lista.
El gobierno federal determina cuánto dinero se usa en las diferentes clases de escuelas. Bajo este sistema, los estándares sufren porque cada estado se encuentra limitado en su habilidad para financiar escuelas de mejor calidad, que son las preferidas por los padres, en favor de escuelas que podrían resultar menos efectivas. Por ejemplo, aunque más padres quieren espacio para sus niños en las escuelas especializadas Magneto y escuelas públicas experimentales Charter, una decisión hecha en D.C. obstaculiza que más del 8% de niños vayan a esas escuelas.
Con respecto a la educación más avanzada, el gobierno usa el dinero de quienes pagan impuestos para garantizar préstamos estudiantiles para la universidad, lo que causa que las entidades financieras presten cualquier cantidad de dinero que sea requerido por las escuelas. Sabiendo esto, las escuelas cobran de más por una educación pobre. Las corporaciones financieras y las escuelas tienen inmensas ganancias sin ningún riesgo financiero por su parte, mientras que los estudiantes que llegan a la universidad terminan con una deuda estudiantil excesiva y muchas veces con un título que no les proporciona un trabajo.
El gobierno federal debe permitir que cada estado asigne todo el dinero que se va a usar en la educación, permitiendo que sean los estados quienes identifiquen y aumenten las instituciones educativas más efectivas, cualesquiera que éstas fueren.
Los préstamos estudiantiles, garantizados por el gobierno y originalmente otorgados con buenas intenciones, deben ser terminados para que los costos de las matrículas estudiantiles regresen a niveles razonables.
No estoy muy interesado en la política, pero estoy extremadamente interesado en las personas y sus problemas.